PODER POPULAR: UNIÓN Y LUCHA DEL PUEBLO. --A continuación, reproducimos una entrevista al dirigente mirista
Víctor Toro, con respecto al MIR y el poder popular. Esta entrevista se
encuentra casi completa y fue originalmente reproducida en la revista
Punto Final nº185, del 5 de junio de 1973......,
Esta entrevista es hecha debido al desarrollo de Comandos Comunales de
Trabajadores en múltiples puntos del país (Constitución, Talcahuano,
Concepción, Santiago, Antofagasta, Cautín) que motivó la idea del PS de
hacer un encuentro de CCT y Cordones Industriales. El MIR abrió la
polémica al declarar que “solamente una discusión amplia en la base
puede garantizar una verdadera democracia. De nada sirven hoy organismos
burocráticos que no representen a nadie o que sólo integren a los
sectores más avanzados de la clase. Es problema es crear poder popular.
El poder popular nace de la base misma de las organizaciones de masas”
(El Rebelde nº82). Con eso propuso comenzar una serie de reuniones
comunales primero, que discutieran un Programa del Pueblo para superar
las falencias del programa de la UP. Creemos que en ella hay importantes
elementos para comprender algunos procesos de toma de conciencia que se
desarrollaban en el seno del pueblo durante el período de la UP, que no
estaban necesariamente enmarcados en la táctica del reformismo y que
expresaban esas tendencias libertarias latentes en el proletariado, aún
en ausencia de referentes claramente libertarios.
Esta entrevista debe leerse así, como el relato de un dirigente
político, de un partido cuyas bases oscilaban entre una concepción
estratégica y una concepción táctica del Poder Popular. Pese a los
méritos que explícitamente se reconocen al gobierno de la UP, y a
algunas declaraciones estatalistas, implícitamente se puede leer una
superación de esa forma de concebir y llevar a efecto la política, y una
independencia con respecto a la línea seguida por éste. En este sentido
esta entrevista es una importante muestra de cómo sectores populares
intentaban abrir una brecha propia en medio de la hegemonía del
reformismo.
HyS PF: ¿Cómo define el MIR el poder popular?
VT: Para definir el problema del poder popular en Chile, es fundamental
caracterizar el viejo Estado burgués como instrumento de dominación de
clase que trata de mantener a una mayoría explotada dominada por una
minoría explotadora. El Estado mantiene su dominación bajo la forma de
la represión (...) y con su ideología de dominación (...)
El viejo Estado cuenta con el aparato ejecutivo, las Fuerzas Armadas
(...), la burocracia estatal, el Parlamento, las cárceles, la policía y
el poder judicial, todos los que cumplen distintas funciones de opresión
y explotación. Frente a este Estado capitalista está surgiendo el poder
popular, los Comandos Comunales de Trabajadores, que es y debe ser
absolutamente contradictorio y alternativo como base de un nuevo orden,
al poder burgués: y no cabe ninguna posibilidad de subordinarlo, por el
contrario, los Comandos Comunales se forman en una lucha abierta con el
aparato estatal burgués. En segundo lugar, concebimos el poder popular
como un poder independiente del gobierno actual (de Allende, N. de HyS),
como un poder autónomo que unifica al conjunto de los sectores sociales
(obreros, estudiantes, campesinos, empleados, pequeños comerciantes) de
una determinada comuna, tomando a esta como la organización celular de
toda ciudad o región. Un poder popular que desarrolle una dirección
revolucionaria, coordinando las luchas del conjunto del pueblo, una
dirección capaz de gestar el futuro poder local que creará las
condiciones para la Asamblea del Pueblo.
Este poder no puede estar separado de las organizaciones gremiales
tradicionales del pueblo. La CUT, por ejemplo, no puede excluirse de él,
ya que es la organización de la primera escuela del proletariado y
juega en la actualidad un papel muy importante. Las juntas de vecinos,
las federaciones sindicales, en fin, todas las organizaciones de masas y
gremiales deben unirse bajo la conducción única de los Comandos
Comunales de Trabajadores.
PF: ¿Este poder popular es antagónico al gobierno de la UP?
VT: Hemos dicho más de una vez, que el problema no puede plantearse en
el choque entre el pueblo y el gobierno. Nosotros valoramos la
existencia de este gobierno, pues a pesar de sus debilidades e
inconsecuencias, a pesar de sus conciliaciones de clase, ha permitido
terminar lo que llamamos la “rutina represiva” del Estado burgués. Con
Frei o Alessandri, lo rutinario, lo normal, es que se respondiera a los
trabajadores con la represión, con la violencia física desatada. Nadie
puede decir, en cambio, que eso sea lo normal en este gobierno, a pesar
de algunas incursiones represivas cono en Lo Hermida (...). Valoramos el
gobierno, si, pero no amarrar el movimiento de masas como un apéndice
de su política.
De lo contrario no habríamos podido denunciar las vacilaciones en la
Reforma Agraria, en el proyecto de las tres áreas de la economía o en el
problema del abastecimiento. El gobierno muchas veces ha actuado en
forma contradictoria con las masas y éstas tuvieron que obligarlo a
cumplir ciertas tareas, sobrepasándolo en sus objetivos, en especial
para ganar más poder dentro de la sociedad. Esto no significa -y lo
decimos claramente- que el dilema sea entre poder popular y gobierno.
Ese es un dilema falso. Nosotros no planteamos la oposición entre pueblo
y gobierno, sino entre pueblo y Estado burgués. El Estado burgués no ha
sido tocado, no ha sido destruido y permanece por tanto como
instrumento de dominación en contra de los trabajadores. La tarea de la
clase obrera es destruir el Estado capitalista y para ello debe
desarrollar el poder popular, que progresivamente deberá enfrentar al
poder de los patrones. Estos organismos del pueblo deben ser
independientes del gobierno. Si el gobierno quiere mantener las luchas
de los trabajadores dentro de la ley patronal habrá problemas entre los
trabajadores y el gobierno, pero si -por el contrario- el gobierno se
apoya en las luchas del pueblo, se encontrará una importante unidad,
donde el instrumento gobierno podría servir como palanca de apoyo a la
lucha por el poder.
PF: ¿Hay poder popular en Chile? ¿Dónde está?
VT: (...) la clase obrera ha logrado una gran fuerza de masa,
organización y conciencia que se expresa en nuevas organizaciones del
proletariado. Estas son los Cordones Industriales, los Comandos
Comunales, etc., que surgen en todas partes como gérmenes de un poder
popular paralelo al Estado burgués.
En el presente, los Comandos Comunales de Trabajadores sólo constituyen
organismos de coordinación e impulso de las luchas del pueblo. Pero son
capaces, en los momentos más agudos de los enfrentamientos, de asumir
tareas concretas de poder popular y reemplazar a los viejos organismos
burocráticos del poder estatal. Un ejemplo reciente es el caso de
constitución, donde el Comando Comunal de Trabajadores mantuvo bajo su
control la ciudad, gobernándola sin problemas, en una clara demostración
de poder popular. Respecto a dónde está el poder popular, seguro que no
se encuentra ni el Parlamento, ni en las oficinas de ningún burócrata.
El poder popular, es para nosotros el que nace en las fábricas, en los
fundos; el poder popular está en los Comandos Comunales de Trabajadores.
Este es el poder que temen los patrones, porque saben que unifica al
pueblo y cuando se lo propongan los barrerán de la faz de la tierra. Hoy
en Chile existen solamente embriones de poder popular, que toman cada
vez más tareas propias de la burocracia estatal. Junto a estas
organizaciones embrionarias, y como garantía de su maduración, está la
conciencia de la clase obrera de que sólo su acción combativa genera más
poder y más fuerza. Esta conciencia es el punto de partida para que
esta conciencia se desarrolle, se amplíe, y sea capaz de ir enfrentando
progresivamente al Estado capitalista. Así será capaz de impulsar las
tareas que conduzcan a generar una crisis revolucionaria, donde se
plantee en definitiva el asalto al poder total.
El poder popular no se crea por gusto de nadie. Nace y se fortalece al
calor de la lucha. Por el control obrero de la pequeña y mediana
industria, por la dirección obrera en las empresas del área social, por
el control popular del abastecimiento para responder al mercado negro de
la burguesía, por la formación de los comités de autodefensa para hacer
frente a la sedición fascista. Se crea incorporando todos los
organismos de base a los Comandos Comunales de Trabajadores, sean estos
Comandos de Abastecimiento, JAP, Cordones Industriales, etc. (...) PF:
¿Cuál es el balance del MIR sobre el desarrollo y crecimiento de los
CCT y qué opinión tiene sobre el papel que juegan los Cordones
Industriales como organismos de poder popular?
VT: A juicio del MIR, los Cordones Industriales tienen una debilidad
como órgano de poder popular. Agrupan sólo a un sector de los
trabajadores y se limitan a cumplir un papel que muy bien puede
corresponder a una CUT provincial o departamental, si su dirección no
estuviera controlada por reformistas o demócrata cristianos. Por
ejemplo, asesorar y coordinar las luchas de los obreros industriales de
un sector, pero sin hacer participar a las demás capas del pueblo, como
los campesinos, pobladores, estudiantes. No negamos su importancia en
las ofensivas de los patrones, en el desenmascaramiento del reformismo
cuando quería devolver industrias, y ha sido el MIR el más activo dentro
de los Cordones Industriales.
Pero no debemos caer en lo que los patrones siempre han querido, en la
división de los trabajadores, para derrotarlos en mejor forma. Nosotros
planteamos transformar los Cordones Industriales en verdaderos
organismos de poder de la clase obrera, donde participen al lado de los
trabajadores industriales, los campesinos, pobladores, estudiantes,
etc., con sus respectivas organizaciones de masas y con una plataforma
común. Este papel sólo le cabe y puede hacerlo el Comando Comunal de
Trabajadores formado por la base. (...)
PF: ¿Qué razones justifican en Chile la existencia de un poder popular,
si hay un gobierno donde participan los partidos de la clase obrera?
VT: Primero, porque son sectores reformistas los que tienen la fuerza en
los partidos obreros, y hacen depender la revolución de sus
vacilaciones e insuficiencias programáticas. Hay cuestiones del programa
de la UP que no se han cumplido, y otras que sencillamente no aparecen.
Por eso nosotros pensamos que el Programa del Pueblo expresa mucho
mejor las aspiraciones de los trabajadores para este período.
Una segunda razón es el problema de acumular fuerzas. Un período
prerrevolucionario implica una forma particular de sumar fuerzas, a
través de la unidad de todas las capas del pueblo, agrupadas en torno a
los obreros en organismos de poder popular. Estos irán forjando una
alianza de clase maciza a lo largo de los enfrentamientos sociales, y de
allí hará madurar la situación a una situación revolucionaria que
permita a la clase obrera tomar el poder.
La lucha por el poder para los reformistas que dominan a los partidos
obreros, está postergada, y la tarea más importante para ellos, como
dice Luis Corvalán (secretario general del PC en aquel entonces, N de
HyS), es ganar las elecciones en 1976. Por eso sólo les interesa
democratizar el aparato estatal y darle cierto grado de participación a
la clase obrera y al pueblo.
De manera que por razones de programa, como por tareas de acumulación de
fuerzas, se hace necesario el poder popular independiente del gobierno y
alternativo al Estado burgués. Es el propio reformismo obrero el que
obliga a levantar políticas revolucionarias que desarrollen la fuerza de
las masas.
Federica Matta, Sergio Campos, Jorge Arrate, María Emilia Tijoux, Ignacio Ramonet, Álvaro Ramis, Jaime Retamal, Mario Torres, Dante Castillo, Ibán de Rementería, Libio Pérez, Víctor Hugo de la Fuente...
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